El Tokokoro (Tüquru) es un roedor subterráneo del género Ctenomys,
con más de 60 especies exclusivas de Sudamérica. Al pasar la mayor parte
de su vida bajo tierra, es más oído que visto: su nombre común es la
onomatopeya de su característica vocalización “tuc-tuc-tuc”. A pesar de
ser comunes en los ambientes donde viven, son casi desconocidos en
cuanto a su taxonomía y biología, y son considerados plaga por los agricultores debido a su mala costumbre de roer mangueras y cables
eléctricos.
El tuco-tuco es fuente
de preciosa información científica y especie modelo para líneas de
investigación que abarcan cronobiología, comportamiento, ecología y
taxonomía. Más aún, el tuco-tuco es de interés para los estudiosos.
¿Por qué es importante el estudio de esta especie? Por un lado, en los túneles subterráneos en que
habita las variaciones día-noche de los parámetros ambientales son
minimizadas y la exposición a la luz es esporádica. Por el otro, los
túneles estrechos y oscuros representan un ambiente extremo por su baja
presión de oxígeno, alta presión de dióxido de carbono, atmósfera
saturada de humedad y medio esencialmente sólido. Estas particularidades
ambientales implican adaptaciones específicas, comportamentales y
fisiológicas para ajustarse a la vida subterránea, y esto es justamente
lo que interesa a los científicos.
Dormimos de
noche y nos despertamos de día porque tenemos relojes que se
sincronizan con la luz y la oscuridad. Estos relojes no son exclusivos
de humanos; están presentes en el resto de los animales, así como en
plantas, hongos e incluso bacterias. El interés por los ritmos
biológicos ha aumentado en los últimos años, ya que alteraciones en el
sistema circadiano (ocasionados por trabajo en turnos, vuelos
transmeridionales o tercera edad) se relacionan con depresión,
dificultades de aprendizaje y tendencia a ciertas enfermedades.
La ausencia de pistas temporales externas que experimentan los
tuco-tucos dentro de sus túneles llevó a suponer la ausencia de una
expresión rítmica en el patrón de actividad y sueño. Sin embargo, los
resultados de nuestras investigaciones mostraron que, en el laboratorio,
con ciclo claro–oscuro (correspondiente al día y a la noche)
controlado, muestran un clarísimo patrón nocturno: duermen de día y son
activos de noche. Pero a campo, los patrones rítmicos se invierten,
revelando plasticidad en la definición del nicho temporal.



El tuco-tuco de Callacami, además de ser repositorio de misterios a ser
develados por la comunidad científica, tambiés está la posibilidad de concientizar acerca de la importancia de la conservación de
los ecosistemas nativos de Callacami. Y a juzgar por el entusiasmo
que muestran todos los niños, el tuco-tuco es un animalito idóneo para
lograr este objetivo!
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