DENOMINACIÓN
Su nombre científico está encabezado por
el género, que es: Ctenomys; donde Cteno se traduce como peine, referido
a los pelos que se encuentran sobre las uñas y que son usadas para acicalarse;
el otro término Mys se refiere a roedor. Los nombres vulgares de estos animales
son todos referidos a las características de su comportamiento, “Ocultos” por
la dificultad de su observación; tucu-tucos, tunduques y tukem por sus
vocalizaciones e incluso un nombre compuesto: “Ucultucos”. En el norte de
nuestro país hay otros nombres, como “Anguyá Tutú” que en guaraní significa
ratón de barro o tierra.
CANTIDAD
DE ESPECIES
Actualmente aún se discute sobre la
cantidad de especies de Tucu-tucos que existen. Eso está en continua revisión
debido a la progresión de estudios y a las nuevas metodologías y técnicas que
aparecen. De todas formas se citan desde 56 a más de 120. Se distribuyen
principalmente en el Sur de Sudamérica, siendo Argentina el país donde hay
mayor diversidad.
En Patagonia hay varias especies. El
Tucu-tuco del Maule (Ctenomys maulinus) se encuentra en las lagunas del
Maule en Talca (Chile) como también hay registros al oeste de la provincia del
Neuquén. El Tucu-tuco social (C. sociabilis) encontrado únicamente en la
Estancia Fortín Chacabuco (Parque Nacional Lanín) cercano a Bariloche. El
Tucu-tuco Patagónico (C. haigi) en la Estancia Maitén (El Maitén,
Chubut), y también en el oeste de Rio Negro y Chubut. El Tucu-tuco del Lago
Blanco (C. fodax) en Lago Blanco, Chubut. El Tucu-tuco de Coyhaique (C.
coyhaiquensis) en Chile Chico (Chile) y el suroeste de Chubut y el Noroeste
de Santa Cruz. El
Tucu-tuco sedoso (C. sericeus),
en el Noroeste de Santa Cruz al igual que el Tucu-tuco de Colburn (C.
colburni). El Tucu-tuco de Magallanes (C. magellanicus) con varias
subespecies distribuidas al Oeste de Santa Cruz y en la isla de Tierra del
Fuego.
DESCRIPCIÓN
Estos roedores pesan entre 100 y 1000
gramos. El peso de los adultos que habitan el oeste del Chubut varía entre 100
y 350 gr y el largo total (con cola) entre 20 y 25 cm y una cola de entre 5 y 8
cm aproximadamente; en cuanto al ancho del cuerpo, si bien es una medida que
habitualmente no se toma, podríamos estimarla en unos 6 a 8 cm. Presentan
adaptaciones para la vida bajo tierra, tales como la
cabeza y el cuerpo que forman una sola unidad, sus poderosas garras, miembros
cortos y fuertes, cola robusta y corta, ojos pequeños y orejas sin el pabellón
auditivo. Además presentan grandes incisivos de color naranja. La coloración
del pelaje varía según la especie, desde el amarillo claro hasta el pardo
oscuro y responde al color del suelo y la vegetación. Este mimetismo o
camuflaje le da mayor protección para las breves excursiones diurnas fuera de
la cueva.
Los tucos son, en general, de vida
solitaria. Macho y hembra no viven juntos y solamente se reúnen en época de
apareamiento. Pero, a pesar de que la mayoría de las especies de Ctenomys son
solitarias, existe una, el Tucu-tuco social que vive en comunidad formando
grandes colonias. Esta especie se encuentra distribuida al sur del Parque
Nacional Lanín cercano a Bariloche.
Se dice que sus hábitos son
crepusculares debido a que presentan actividad en el momento de la salida y
puesta del sol, por lo cual difícilmente se los puede observar fuera de sus
madrigueras en otro momento.
ACERCA
DE LOS SONIDOS QUE PRODUCEN
Una de las evidencias de la presencia de
esta especie son sus vocalizaciones características. Producen dos tipos de
vocalizaciones, una rítmica (llamada S) y otra no rítmica (G). Las más comunes
son las rítmicas. Las señales con ritmo marcado son altamente estructuradas y
probablemente actúan como marcadores de distancia y para determinar
territorios. Eventualmente pueden ser usadas como forma de ubicación espacial e
incluso como reconocimiento sexual dentro de la población. Un ejemplo de ellas
se puede transcribir como: Tuc-tuc…tuc-tuc….tuc-tuc…. Tuc-tuc-tuc-tuc-tuc como
hemos podido comprobar.
El tipo de vocalización no rítmica
comunica disposición agresiva y se escucha inmediatamente antes de un ataque
directo -por ejemplo en caso de invasión de túneles- es similar a un carraspeo
profundo. También pueden aparecer durante la época de celo, en el inicio del
encuentro sexual entre los miembros de una futura pareja.
HÁBITOS
ALIMENTICIOS
Los Tucu-tucos
son herbívoros que forrajean cerca de sus madrigueras, y luego consumen el
alimento dentro de las mismas para minimizar los riesgos de depredación. Poseen
instinto de acopio, por lo que depositan material vegetal que usan como
reservorio alimenticio. Suele aparecer en los lugares que ocupan los Tucos, en
los campos de veranada, una serie de caminos sobre el suelo y cilindros de
material vegetal en la punta de estos caminos. No es nada más que los túneles
al descubierto que han hecho estos animales durante el invierno entre el suelo
y la nieve como hemos podido comprobar en el lago Baggilt.
De esta manera, el producto del ramoneo
o corte de las partes aéreas de las matas como Neneo (Molinum spinosum),
Charcao (Senecio sp.), entre otras, es almacenando en un extremo de
madriguera, llegando a medir estas acumulaciones hasta 70 u 80 centímetros de
largo por el ancho del túnel. Es posible el ramoneo de raíces de árboles
grandes, llegando a matar a la planta como lo han comprobado técnicos del INTA
de Esquel.
No seleccionan el forraje. Ramonean lo
que está cerca de la madriguera, debido a que ser selectivos implica mayor
inversión energética y mayor peligro de depredación. Son depredados
principalmente por el zorro gris (Pseudolapex griseus) y por las
lechuzas como el Nuco o Ñacurutú (Bubo virginianus) y la lechuza de
campanarios o búho (Tyto alba).
CONSTRUCCIÓN
DE MADRIGUERAS
Para cavar utiliza principalmente sus
manos, ya que posee poderosas uñas (ver foto pág. 67)
Una vez que acumula suficiente suelo
removido desplaza la tierra con las patas hacia el exterior de la madriguera,
formando los túmulos característicos. Puede usar sus dientes para ayudar en la
excavación, aunque el uso principal es para roer el material vegetal.
Se tiene registro para el Tucu-tuco de
Azara (C. azarae) en provincia de Buenos Aires, de que éste puede
remover 40 toneladas por hectárea y por año. En los partidos del norte de esa
provincia existen registros que varían entre 15 a 30 toneladas.
Las madrigueras
presentan una galería principal, que se comunica con varias ramas laterales.
Estas ramas laterales pueden terminar en una boca de salida al exterior o en un
túnel ciego o fondo de saco. Las bocas de túneles en general se encuentran
cerradas por tapones de suelo arenoso. Esto les permite mantener un microclima
dentro de la madriguera amortiguando, de esta manera, la temperatura exterior.
En general el microclima interno presenta una humedad relativa alta y
constante. Además, dichos tapones hacen disminuir el riesgo de depredación.
El largo de la madriguera en general
ronda los 15 metros, a una profundidad de entre 10 y 50 cm. Siempre se
encuentra un nido funcional por madriguera, siendo ésta una cámara bien
definida, revestida totalmente de vegetales cortados y secos. En general el
nido se utiliza como espacio multipropósito, encontrándose también materia
fecal (de tamaño y forma similar al grano de arroz entero) y parásitos como
ácaros, piojos, pulgas, entre otros. Los túneles son apenas más grandes en
ancho que el animal que lo habita y su forma es de circular a algo ovalada. El
complejo de túneles que forma la madriguera es muy grande, aunque solamente usa
una parte de ella, que en Tucu-tuco de Pearson puede variar entre 2 a 12 metros
cuadrados.
COMPORTAMIENTO
REPRODUCTIVO
En la época reproductiva -durante los
meses de invierno- se produce la unión de las cuevas. Posteriormente, en
primavera, pueden tener otra época de celo, pero sólo para las hembras que no
gestaron previamente. Tienen un período de gestación bastante largo, de 100 a
110 días. Luego nacen las crías entre noviembre y diciembre. Si bien las
hembras pueden tener varios embriones, en general suelen parir alrededor de 3
crías. Las crías nacen cubiertas de pelo y con los ojos abiertos. La hembra
convive con las crías alrededor de 2 meses y medio y luego éstas migran hacia la
periferia de la población.
IMPACTO
SOBRE LA PRODUCCIÓN
En ciertas ocasiones la presencia de
Tucos suele tornarse perjudicial para el productor pecuario. Un factor es la
disminución del forraje debido a la competencia con el ganado y otro la
dificultad de caminar por las zonas de ocupación de los Tucos, donde es posible
que los animales se lastimen. La relación con el ganado es problemática debido
a que el aumento del forrajeo reduce la cobertura vegetal, aumentando la
circulación de aire y favoreciendo la abundancia de tucos, ya que en general
evitan los ambientes con alta cobertura del suelo.
En ocasiones debido a la alta abundancia
de Tucos, y la disminución del forraje, puede haber aumento en la erosión del
suelo.
Es posible que puedan invadir cultivos
cercanos a sus viviendas como así también que deterioren canales, acequias,
terraplenes y caminos, pudiendo roer hasta cables subterráneos y caños
plásticos para riego.
En las forestaciones el roedor puede
matar los plantines tanto por el ramoneo de la parte aérea, como por el corte
de las raíces.
CAPTURA
Se han empleado diversos métodos para su
control, tales como gases asfixiantes, trampas, inundación de las cuevas y
cebos tóxicos. Por ser un animal de vida subterránea, es desconfiado y
normalmente no consume cebos tóxicos colocados en la superficie. El método más
eficaz de captura son las trampas; las más efectivas son las trampa cepo y las
trampas de captura viva. Ambas requieren mucho esfuerzo para su disposición, ya
que deben ser colocarlas en la parte interna de las madrigueras.
PARA
MAYOR INFORMACIÓN SE RECOMIENDA LA SIGUIENTE BIBLIOGRAFÍA EN ESPAÑOL O
CONTACTARSE CON EL AUTOR
Altuna, C.A. 1992. Microclima de cuevas
y comportamiento de homeostasis de Ctenomys pearsoni del Uruguay (Rodentia,
Octodontidae). Bolm. Zool. Univ. Sao Paulo, 12:31-52.
Altuna, C.A., G. Francescoli, B. Tassino
y G. Izquierdo.1999. Ecoetología y conservación de mamíferos subterráneo de
distribución restringida: el caso de Ctenomys pearsoni (Rodentia Octodontidae)
en el Uruguay. Etología, 7: 47-54.
Jackson, J. 1989. Los Tucu-tucos.
Presencia INTA (INTA San Luis), 3(18):6-9.
Rossin, M.A. 2004. Estudio de las
interrelaciones existentes entre Ctenomys talarum (Rodentia: Octodontidae) de
la localidad de Necochea y sus parásitos. Mastozoología Neotropical, 11(1):119.
Tálice, R.V. y S. Laffitti. 1961.
Instinto de Acopio en Ctenomys torquatus (Variedad melánica de Tucu-tucu). Rev.
Fac. Hum.y Cienc. N°19:5-9.
Contacto con el autor:
El autor se encuentra
en el Campus Universitario “Ing. Aldo López Guidi”, Ruta Nacional 259 km 16,5
(9200) Esquel, Chubut. Te/Fax.02945-450807. Correo Electrónico:
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