viernes, 12 de agosto de 2016

CONOCIENDO LOS TUCU-TUCOS



DENOMINACIÓN
Su nombre científico está encabezado por el género, que es: Ctenomys; donde Cteno se traduce como peine, referido a los pelos que se encuentran sobre las uñas y que son usadas para acicalarse; el otro término Mys se refiere a roedor. Los nombres vulgares de estos animales son todos referidos a las características de su comportamiento, “Ocultos” por la dificultad de su observación; tucu-tucos, tunduques y tukem por sus vocalizaciones e incluso un nombre compuesto: “Ucultucos”. En el norte de nuestro país hay otros nombres, como “Anguyá Tutú” que en guaraní significa ratón de barro o tierra.

CANTIDAD DE ESPECIES
Actualmente aún se discute sobre la cantidad de especies de Tucu-tucos que existen. Eso está en continua revisión debido a la progresión de estudios y a las nuevas metodologías y técnicas que aparecen. De todas formas se citan desde 56 a más de 120. Se distribuyen principalmente en el Sur de Sudamérica, siendo Argentina el país donde hay mayor diversidad.

En Patagonia hay varias especies. El Tucu-tuco del Maule (Ctenomys maulinus) se encuentra en las lagunas del Maule en Talca (Chile) como también hay registros al oeste de la provincia del Neuquén. El Tucu-tuco social (C. sociabilis) encontrado únicamente en la Estancia Fortín Chacabuco (Parque Nacional Lanín) cercano a Bariloche. El Tucu-tuco Patagónico (C. haigi) en la Estancia Maitén (El Maitén, Chubut), y también en el oeste de Rio Negro y Chubut. El Tucu-tuco del Lago Blanco (C. fodax) en Lago Blanco, Chubut. El Tucu-tuco de Coyhaique (C. coyhaiquensis) en Chile Chico (Chile) y el suroeste de Chubut y el Noroeste de Santa Cruz. El

Tucu-tuco sedoso (C. sericeus), en el Noroeste de Santa Cruz al igual que el Tucu-tuco de Colburn (C. colburni). El Tucu-tuco de Magallanes (C. magellanicus) con varias subespecies distribuidas al Oeste de Santa Cruz y en la isla de Tierra del Fuego.

DESCRIPCIÓN
Estos roedores pesan entre 100 y 1000 gramos. El peso de los adultos que habitan el oeste del Chubut varía entre 100 y 350 gr y el largo total (con cola) entre 20 y 25 cm y una cola de entre 5 y 8 cm aproximadamente; en cuanto al ancho del cuerpo, si bien es una medida que habitualmente no se toma, podríamos estimarla en unos 6 a 8 cm. Presentan adaptaciones para la vida bajo tierra, tales como la cabeza y el cuerpo que forman una sola unidad, sus poderosas garras, miembros cortos y fuertes, cola robusta y corta, ojos pequeños y orejas sin el pabellón auditivo. Además presentan grandes incisivos de color naranja. La coloración del pelaje varía según la especie, desde el amarillo claro hasta el pardo oscuro y responde al color del suelo y la vegetación. Este mimetismo o camuflaje le da mayor protección para las breves excursiones diurnas fuera de la cueva.

Los tucos son, en general, de vida solitaria. Macho y hembra no viven juntos y solamente se reúnen en época de apareamiento. Pero, a pesar de que la mayoría de las especies de Ctenomys son solitarias, existe una, el Tucu-tuco social que vive en comunidad formando grandes colonias. Esta especie se encuentra distribuida al sur del Parque Nacional Lanín cercano a Bariloche.
Se dice que sus hábitos son crepusculares debido a que presentan actividad en el momento de la salida y puesta del sol, por lo cual difícilmente se los puede observar fuera de sus madrigueras en otro momento.

ACERCA DE LOS SONIDOS QUE PRODUCEN
Una de las evidencias de la presencia de esta especie son sus vocalizaciones características. Producen dos tipos de vocalizaciones, una rítmica (llamada S) y otra no rítmica (G). Las más comunes son las rítmicas. Las señales con ritmo marcado son altamente estructuradas y probablemente actúan como marcadores de distancia y para determinar territorios. Eventualmente pueden ser usadas como forma de ubicación espacial e incluso como reconocimiento sexual dentro de la población. Un ejemplo de ellas se puede transcribir como: Tuc-tuc…tuc-tuc….tuc-tuc…. Tuc-tuc-tuc-tuc-tuc como hemos podido comprobar.

El tipo de vocalización no rítmica comunica disposición agresiva y se escucha inmediatamente antes de un ataque directo -por ejemplo en caso de invasión de túneles- es similar a un carraspeo profundo. También pueden aparecer durante la época de celo, en el inicio del encuentro sexual entre los miembros de una futura pareja.

HÁBITOS ALIMENTICIOS
Los Tucu-tucos son herbívoros que forrajean cerca de sus madrigueras, y luego consumen el alimento dentro de las mismas para minimizar los riesgos de depredación. Poseen instinto de acopio, por lo que depositan material vegetal que usan como reservorio alimenticio. Suele aparecer en los lugares que ocupan los Tucos, en los campos de veranada, una serie de caminos sobre el suelo y cilindros de material vegetal en la punta de estos caminos. No es nada más que los túneles al descubierto que han hecho estos animales durante el invierno entre el suelo y la nieve como hemos podido comprobar en el lago Baggilt.

De esta manera, el producto del ramoneo o corte de las partes aéreas de las matas como Neneo (Molinum spinosum), Charcao (Senecio sp.), entre otras, es almacenando en un extremo de madriguera, llegando a medir estas acumulaciones hasta 70 u 80 centímetros de largo por el ancho del túnel. Es posible el ramoneo de raíces de árboles grandes, llegando a matar a la planta como lo han comprobado técnicos del INTA de Esquel.

No seleccionan el forraje. Ramonean lo que está cerca de la madriguera, debido a que ser selectivos implica mayor inversión energética y mayor peligro de depredación. Son depredados principalmente por el zorro gris (Pseudolapex griseus) y por las lechuzas como el Nuco o Ñacurutú (Bubo virginianus) y la lechuza de campanarios o búho (Tyto alba).

CONSTRUCCIÓN DE MADRIGUERAS
Para cavar utiliza principalmente sus manos, ya que posee poderosas uñas (ver foto pág. 67)
Una vez que acumula suficiente suelo removido desplaza la tierra con las patas hacia el exterior de la madriguera, formando los túmulos característicos. Puede usar sus dientes para ayudar en la excavación, aunque el uso principal es para roer el material vegetal.

Se tiene registro para el Tucu-tuco de Azara (C. azarae) en provincia de Buenos Aires, de que éste puede remover 40 toneladas por hectárea y por año. En los partidos del norte de esa provincia existen registros que varían entre 15 a 30 toneladas.

Las madrigueras presentan una galería principal, que se comunica con varias ramas laterales. Estas ramas laterales pueden terminar en una boca de salida al exterior o en un túnel ciego o fondo de saco. Las bocas de túneles en general se encuentran cerradas por tapones de suelo arenoso. Esto les permite mantener un microclima dentro de la madriguera amortiguando, de esta manera, la temperatura exterior. En general el microclima interno presenta una humedad relativa alta y constante. Además, dichos tapones hacen disminuir el riesgo de depredación.
El largo de la madriguera en general ronda los 15 metros, a una profundidad de entre 10 y 50 cm. Siempre se encuentra un nido funcional por madriguera, siendo ésta una cámara bien definida, revestida totalmente de vegetales cortados y secos. En general el nido se utiliza como espacio multipropósito, encontrándose también materia fecal (de tamaño y forma similar al grano de arroz entero) y parásitos como ácaros, piojos, pulgas, entre otros. Los túneles son apenas más grandes en ancho que el animal que lo habita y su forma es de circular a algo ovalada. El complejo de túneles que forma la madriguera es muy grande, aunque solamente usa una parte de ella, que en Tucu-tuco de Pearson puede variar entre 2 a 12 metros cuadrados.

COMPORTAMIENTO REPRODUCTIVO
En la época reproductiva -durante los meses de invierno- se produce la unión de las cuevas. Posteriormente, en primavera, pueden tener otra época de celo, pero sólo para las hembras que no gestaron previamente. Tienen un período de gestación bastante largo, de 100 a 110 días. Luego nacen las crías entre noviembre y diciembre. Si bien las hembras pueden tener varios embriones, en general suelen parir alrededor de 3 crías. Las crías nacen cubiertas de pelo y con los ojos abiertos. La hembra convive con las crías alrededor de 2 meses y medio y luego éstas migran hacia la periferia de la población.

IMPACTO SOBRE LA PRODUCCIÓN
En ciertas ocasiones la presencia de Tucos suele tornarse perjudicial para el productor pecuario. Un factor es la disminución del forraje debido a la competencia con el ganado y otro la dificultad de caminar por las zonas de ocupación de los Tucos, donde es posible que los animales se lastimen. La relación con el ganado es problemática debido a que el aumento del forrajeo reduce la cobertura vegetal, aumentando la circulación de aire y favoreciendo la abundancia de tucos, ya que en general evitan los ambientes con alta cobertura del suelo.

En ocasiones debido a la alta abundancia de Tucos, y la disminución del forraje, puede haber aumento en la erosión del suelo.

Es posible que puedan invadir cultivos cercanos a sus viviendas como así también que deterioren canales, acequias, terraplenes y caminos, pudiendo roer hasta cables subterráneos y caños plásticos para riego.

En las forestaciones el roedor puede matar los plantines tanto por el ramoneo de la parte aérea, como por el corte de las raíces.

CAPTURA
Se han empleado diversos métodos para su control, tales como gases asfixiantes, trampas, inundación de las cuevas y cebos tóxicos. Por ser un animal de vida subterránea, es desconfiado y normalmente no consume cebos tóxicos colocados en la superficie. El método más eficaz de captura son las trampas; las más efectivas son las trampa cepo y las trampas de captura viva. Ambas requieren mucho esfuerzo para su disposición, ya que deben ser colocarlas en la parte interna de las madrigueras.

PARA MAYOR INFORMACIÓN SE RECOMIENDA LA SIGUIENTE BIBLIOGRAFÍA EN ESPAÑOL O CONTACTARSE CON EL AUTOR
Altuna, C.A. 1992. Microclima de cuevas y comportamiento de homeostasis de Ctenomys pearsoni del Uruguay (Rodentia, Octodontidae). Bolm. Zool. Univ. Sao Paulo, 12:31-52.
Altuna, C.A., G. Francescoli, B. Tassino y G. Izquierdo.1999. Ecoetología y conservación de mamíferos subterráneo de distribución restringida: el caso de Ctenomys pearsoni (Rodentia Octodontidae) en el Uruguay. Etología, 7: 47-54.
Jackson, J. 1989. Los Tucu-tucos. Presencia INTA (INTA San Luis), 3(18):6-9.
Rossin, M.A. 2004. Estudio de las interrelaciones existentes entre Ctenomys talarum (Rodentia: Octodontidae) de la localidad de Necochea y sus parásitos. Mastozoología Neotropical, 11(1):119.
Tálice, R.V. y S. Laffitti. 1961. Instinto de Acopio en Ctenomys torquatus (Variedad melánica de Tucu-tucu). Rev. Fac. Hum.y Cienc. N°19:5-9.
Contacto con el autor:
El autor se encuentra en el Campus Universitario “Ing. Aldo López Guidi”, Ruta Nacional 259 km 16,5 (9200) Esquel, Chubut. Te/Fax.02945-450807. Correo Electrónico: sergiov@unpata.edu.ar

El Tokokoro: La vida subterránea en las alturas de Callacami

 
El Tokokoro (Tüquru) es un roedor subterráneo del género Ctenomys, con más de 60 especies exclusivas de Sudamérica. Al pasar la mayor parte de su vida bajo tierra, es más oído que visto: su nombre común es la onomatopeya de su característica vocalización “tuc-tuc-tuc”. A pesar de ser comunes en los ambientes donde viven, son casi desconocidos en cuanto a su taxonomía y biología, y son considerados plaga por los agricultores debido a su mala costumbre de roer mangueras y cables eléctricos.
El tuco-tuco es fuente de preciosa información científica y especie modelo para líneas de investigación que abarcan cronobiología, comportamiento, ecología y taxonomía. Más aún, el tuco-tuco es de interés para los estudiosos.
¿Por qué es importante el estudio de esta especie? Por un lado, en los túneles subterráneos en que habita las variaciones día-noche de los parámetros ambientales son minimizadas y la exposición a la luz es esporádica. Por el otro, los túneles estrechos y oscuros representan un ambiente extremo por su baja presión de oxígeno, alta presión de dióxido de carbono, atmósfera saturada de humedad y medio esencialmente sólido. Estas particularidades ambientales implican adaptaciones específicas, comportamentales y fisiológicas para ajustarse a la vida subterránea, y esto es justamente lo que interesa a los científicos.
Dormimos de noche y nos despertamos de día porque tenemos relojes que se sincronizan con la luz y la oscuridad. Estos relojes no son exclusivos de humanos; están presentes en el resto de los animales, así como en plantas, hongos e incluso bacterias. El interés por los ritmos biológicos ha aumentado en los últimos años, ya que alteraciones en el sistema circadiano (ocasionados por trabajo en turnos, vuelos transmeridionales o tercera edad) se relacionan con depresión, dificultades de aprendizaje y tendencia a ciertas enfermedades.
La ausencia de pistas temporales externas que experimentan los tuco-tucos dentro de sus túneles llevó a suponer la ausencia de una expresión rítmica en el patrón de actividad y sueño. Sin embargo, los resultados de nuestras investigaciones mostraron que, en el laboratorio, con ciclo claro–oscuro (correspondiente al día y a la noche) controlado, muestran un clarísimo patrón nocturno: duermen de día y son activos de noche. Pero a campo, los patrones rítmicos se invierten, revelando plasticidad en la definición del nicho temporal.
Otro enfoque son las adaptaciones a altitudes extremas. ¿Qué ocurre con los relojes biológicos de los tuco-tucos que viven en Callacami, Provincia de Chucuito Juli en el Departamento de Puno a más de 4000 m.s.n.m.? En este ambiente inhóspito, deben tener adaptaciones rítmicas, metabólicas y termo-regulatorias específicas para mantener poblaciones viables. Una hipótesis que proponemos es que durante las noches, cuando las temperaturas descienden bajo 0 °C, la temperatura corporal también lo hace manteniéndose en un “modo económico” similar a una hibernación (torpor diario). Es una forma de ahorro de energía en un ambiente donde, además, el alimento es escaso.
El tuco-tuco también es un excelente modelo para investigaciones comportamentales relacionadas con sus vocalizaciones, ya que dentro de los túneles la comunicación adquiere características particulares. La línea de investigación de etología describe los parámetros acústicos del canto del tuco-tuco, y cómo varían de acuerdo a diferencias etarias, sexuales, sociales e interespecíficas. Por otra parte, las diferentes adaptaciones a la vida bajo tierra han resultado en una prolífica especiación de este género, y la línea de Mastozoología busca identificar las especies de tuco-tucos de Callacami por medio de análisis morfológicos y genéticos.
Por último, las investigaciones del grupo de Micología han revelado que este animal tiene un papel esencial en la ecología de los ecosistemas desérticos del Monte. Los tuco-tucos comen las raíces de plantas nativas. Al depositar luego sus heces en los túneles, actúan como dispersores clave de estos pastos. Esto podría tener un importante rol en la dinámica de la estructura de las comunidades de plantas del desierto al facilitar el establecimiento de nuevas plántulas.

El tuco-tuco de Callacami, además de ser repositorio de misterios a ser develados por la comunidad científica, tambiés está la posibilidad de concientizar acerca de la importancia de la conservación de los ecosistemas nativos de Callacami. Y a juzgar por el entusiasmo que muestran todos los niños, el tuco-tuco es un animalito idóneo para lograr este objetivo!